Estos trastornos consisten en la incapacidad de controlar de forma voluntaria la emisión de orina y heces una vez superada la edad de maduración.
El control de esfínter y los trastornos de la eliminación, son uno de los motivos de consulta más comunes en el área pediátrica. Para abordar este tema, conversamos con la psicóloga infanto-juvenil y docente de ADIPA, Jennyfer Araya.
Araya, lidera el curso Abordaje psicológico infantil en eventos de enuresis y encopresis, el cual busca promover herramientas para su evaluación y tratamiento.
La enuresis es la emisión involuntaria de orina y la encopresis se caracteriza por la eliminación involuntaria de heces, considerándose trastornos cuando se producen una vez superada la edad madurativa en la que se debería tener capacidad de control.
Estos episodios, pueden producirse tanto en el día como en la noche, y ambos pueden presentarse de forma independiente, conjuntamente o con otras enfermedades.
De acuerdo a Jennyfer Araya, no existe una única causa para estos trastornos, por lo tanto, es importante poder identificar factores hereditarios o problemas emocionales.
Asimismo, la psicóloga afirma que, “el proceso del control de esfínter va acompañado de la edad cronológica de cada niña o niño, pero también tiene que ir acompañado de su proceso de maduración“. Además añade que, “en esta etapa la participación de los padres es fundamental para al adquisición de la autonomía en los niños”.
Durante el proceso de transición de etapas, es esperable que existan episodios en los que pueda ocurrir liberación de orina o fecas, sin embargo, tal vez esos sucesos pueden tener estrecha relación con el desarrollo de la etapa de control de esfínter.
Según explica la especialista, el criterio cronológico contribuye a esclarecer el padecimiento de uno u otro de estos trastornos. En el caso de la orina, se espera que alrededor de los cuatro años se encuentre controlado, mientras que las heces a los cinco. Si se pasa este periodo, se podría pensar en enuresis o encopresis.
Otro criterio que se debe considerar, tiene que ver una vez finalizado el proceso de control, es decir, “si vuelve la liberación después de superado el proceso, esto puede indicar algo”.
Jennyfer Araya, comenta que la causa de la eliminación determinará el tratamiento a seguir con los niños, “como psicólogos nosotros siempre tenemos que hacer el abordaje desde el niño y la familia“. Esto último porque, “a veces a los papás les da mucha impotencia y frustración, por lo que tienen a retar a los niños”.
La terapia también trabaja con los cuidadores de los menores para que ellos vayan adquiriendo herramientas para generar un ambiente de confianza para el niño.
En muchas ocasiones los menores llegan a la consulta desde el lado de la vergüenza, desde la humillación y el miedo porque no logran cumplir las expectativas, entonces, se debe promover que ellos tienen la capacidad de superar este trastorno.
Finalmente, la docente invita a los profesionales de la salud a interesarse en esta “incógnita”, en la importancia de saber hacer un diagnóstico diferencial. Recalca que, “existen muchos trastornos que pueden estar asociados a esta serie de síntomas y que pueden llegar a confundirnos”.
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