Las autolesiones en adolescentes es un tema que, como sociedad, debería alertarnos sobre el estado de la salud emocional de nuestros jóvenes.
La autolesión no suicida es una práctica en la cual las personas se generan algún daño físico de manera intencional, tal como cortes o quemaduras en distintos lugares del cuerpo. Se diferencia del gesto suicida, ya que el objetivo principal no es terminar con la vida, sino el sentir dolor.
Las autolesiones no suicidas son uno de los criterios y síntomas que el DSM-V utiliza dentro de diversas patologías y trastornos. Recientemente, se ha visto la importancia de la concientización sobre este y lo ha añadido como una entidad por si sola.
El caso del adolescente que se autolesionó gravemente en nuestro país, en la región de O’Higgins en abril de este año puso las alarmas sobre la salud mental de los niños, niñas y adolescentes (NNA). A nivel país no existe una cifra sobre esta conducta, pero si sabemos que el programa de gobierno “SaludableMente” ha recibido más de cuatro mil llamados telefónicos de menores de edad, quienes, en muchos casos, solicitan consultas frecuentes.
Para explicar este tema, ADIPA consultó a la psicóloga clínica Eugenia Escalona, quien tiene un diplomado en Abordaje de Terapia Sistémica Breve y es doctora en Psicología Sistémica, Cognitiva y Neurociencias.
Escalona, quien es también coordinadora de difusión en el Centro de Estudios Sistémicos de Chile, explica que las autolesiones son un acto al que la persona recurre como herramienta de “alivio emocional”. En estos casos, quien lo sufre, no tiene la experiencia o historia suficiente como para saber cómo enfrentar las emociones intensas y dolorosas por las que está pasando, por lo que es víctima de un profundo sufrimiento psíquico que desea poder sentir y ver físicamente.
La terapeuta explica que antes de llegar al acto de autolesión existen diversas etapas que hacen que las personas recurran a este comportamiento más de una vez.
La primera de ellas es sentir una emoción intensa que no pueden ser capaces de gestionar. Luego aparecen estas ideas intrusivas de provocarse dolor físico, lo que deriva en la práctica de la conducta autolesiva. Por último, se presentan fuertes sentimientos de culpa, vergüenza, entre otros, por lo que el adolescente vuelve a tener el sentimiento inicial.
La doctora recomienda la educación y acompañamiento emocional para quienes están al cuidado de NNA. Siempre desde la afectividad y velando por el bienestar emocional de los adolescentes, es decir, fortalecer los lazos mediante conversaciones honestas o tiempo de calidad, por ejemplo.
Usualmente las autolesiones no suicidas son abordadas desde un enfoque en el cual la conducta es puesta en el centro de la intervención. Las conversaciones y el tratamiento giran en torno a esta patología, que va midiendo el indicador de logro de la terapia.
En palabras de la psicóloga: “en el enfoque sistémico lo que hacemos es salirnos del patrón recursivo del problema y empezar a trabajar aspectos diferenciados”. Es decir, se trabaja esa gestión emocional que impide a la persona la adaptación, cuál es su percepción sobre sí mismo, entre varias otras ideas previas a la autolesión.
El resultado que ha obtenido la terapeuta es que “se desmonta el circuito (que los lleva a la autolesión) y la persona puede volver a un estado de bienestar y puede ir corrigiendo los elementos que pudieron haberse dañado, por ejemplo, el autoconcepto deteriorado por las autolesiones”.
En esta aproximación terapéutica se entiende la autolesión como una estrategia de adaptación, por lo que no es el foco principal, sino que el enfoque es que el adolescente aprenda otras formas de adaptación y gestión emocional.
Además, en la terapia sistémica centralizada en soluciones la conversación se basa en conocer qué hace la persona cuando no está en el flujo de pensamiento de la autolesión. Es decir, se enfoca en el bienestar y pensamientos que no están deteriorados, por lo que logra que el paciente se sienta y vea como alguien competente y desee tomar acciones para reencontrarse con el bienestar.
El 22 y 23 de septiembre, ADIPA impartirá el curso “Autolesiones en adolescentes: un abordaje desde la terapia sistémica”, donde la psicóloga Eugenia Escalona enseñará técnicas para tratar el motivo de la consulta y entregar estrategias de gestión emocional.
Además, en lo relativo al modelo sistémico, se explicarán las bases y cómo funciona, y también el tratamiento de la conducta autolesiva desde esta perspectiva. Por último, se hablará de cómo apoyar a los cuidadores de los adolescentes.
En ADIPA queremos apoyar a los profesionales de la salud mental interesados en esta área, a través de diversas herramientas teóricas y prácticas, porque creemos que esto impactará positivamente a nuestros jóvenes y adolescentes que pasan por una etapa compleja.
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