Las adicciones en la adolescencia van más allá del consumo de sustancias, por lo que el acompañamiento y prevención deben estar a la par de cada caso en específico.
El fenómeno de las adicciones es bastante complejo, ya que no puede explicarse sobre causas únicas, pues es el resultado de diferentes interacciones. Factores como, dimensiones de personalidad, variables sociales y contextuales (familiares, escolares y grupales) pueden ser ejes de incidencia.
Por ende, los psicólogos que participan en su intervención deben contar con diferentes recursos para ayudar al joven afectado, por este motivo, aquí en ADIPA, te comentamos algunos aspectos relevantes de la conducta adictiva en los adolescentes.
La Asociación de Psicología Americana (2010) define la adolescencia como un periodo de cambio constante a nivel hormonal y psicológico, al ser un ciclo en el cual los jóvenes caminan hacia el desarrollo, por lo que, la exploración e indagación se encuentra latente. Razón, por la que muchos adolescentes pueden tomar decisiones perjudiciales para su salud, que pueden gatillar conductas adictivas.
La adolescencia va acompañada de un aumento de estrés vital, ya que implica hacer frente a una serie de retos y nuevas obligaciones. Por ende, el cariño, apoyo y comprensión del círculo cercano es importante, porque sentimientos de abandono, falta de amor y/o seguridad pueden incitar conductas autodestructivas.
En este sentido, la familia emerge como un un núcleo desencadenante de factores de riesgo, si el adolescente percibe el ambiente familiar hostil, este tenderá a buscar un grupo que le brinde seguridad, pero al carecer de una referencia fiable, puede presentar un proceso de desadaptación provocándole el rechazo de otros.
Lo anterior, deriva en la exposición a factores de riesgo, como el consumo de drogas y conductas violentas.
Las adicciones son en la actualidad uno de los principales problemas que deben enfrentar los psicólogos y ellos recae la labor de acompañar. En el caso de jóvenes con adicciones, su trabajo es esencial para que las conductas de riesgo disminuyan para un mejor futuro.
Por lo que se debe:
Las adicciones son comportamientos que van en contra del ser humano, afectándolo no solo en su parte personal sino en la relación que tiene consigo mismo, con su entorno y con las personas que le rodean ocasionando afectaciones negativas, de allí́ radica la importancia de su prevención.
La prevención entendida como toda medida o actuación que tiende a reducir, retrasar o evitar una conducta adictiva se debe trabajar desde lo personal, familiar hasta lo comunitario (escolar).
La prevención y sensibilización de las adicciones se debe abordar desde los distintos ámbitos sociales, como el familiar, el escolar, el comunitario, el ocio y tiempo libre, siendo su principal objetivo el retrasar la edad de inicio, y promover estilos de vida saludables. De ahí la importancia y relevancia que tiene el papel del/la psicólogo/a tanto en la prevención de las adicciones, así como en su intervención.
Como bien dice Pablo García-Medina (2012), “si atender clínicamente a un adicto es responsabilidad de todo(a)s, también lo debe ser el evitar que entre en el consumo, en particular cuando el afectado es un(a) niño(a)”.
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