Los niños y jóvenes durante la pandemia debieron abandonar sus hábitos y adoptar un proceso escolar inédito. Estos cambios afectaron profundamente su salud mental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la infancia y la adolescencia es un periodo crucial para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales en la vida de las personas. Por lo que el abordaje de la salud mental infanto juvenil debe ser una prioridad para aquellos que los rodean.
Realizar ejercicio regularmente, saber gestionar las emociones y contar con un ambiente familiar y escolar favorable, son aspectos fundamentales para que los más jóvenes tengan bienestar psicológico. Sin embargo, la OMS arrojó que 1 de cada 7 personas, en edad escolar, padece algún tipo de trastorno de salud mental.
Estas cifras evidencian las nocivas consecuencias que tuvo la pandemia para los más jóvenes. No obstante, ante este panorama, los colegios se presentan como el espacio ideal para establecer la detección de alertas y estrategias preventivas.
Sin embargo, el regreso a la presencialidad también significó la aparición de problemáticas que generaron efectos adversos en la salud mental infanto juvenil. La ansiedad, ante la alta exigencia a la hora de recuperar aprendizajes, la pérdida de habilidades sociales y la incapacidad de resolución de conflictos, son algunas de ellas.
Viviana Venegas, psicóloga clínica de la Universidad Católica del Maule y docente de Adipa, asegura que durante el confinamiento no existió el espacio para estimular estas habilidades.
“Las peleas y las conductas agresivas se han incrementado de manera significativa producto de las dificultades de los niños al momento de manejar situaciones conflictivas… Y también por el empeoramiento durante la pandemia de las condiciones de salud mental preexistentes”.
En cuanto a la sobrecarga académica, la docente considera esencial que los colegios realicen una adecuación curricular de los contenidos, para disminuir los niveles de ansiedad y estrés. Además, Venegas considera importante la disminución de las horas de clases presenciales, el aumento de los talleres deportivos y la duración de los recreos.
“Esta época es una ventana de oportunidad para repensar algunos procesos educativos que ya estaban siendo mirados, con mucha atención, previo a la pandemia”.
En este contexto, la psicóloga advierte la importancia de las campañas preventivas y el diagnóstico de otros riesgos para la salud mental del alumnado.
“Sería interesante gestionar capacitaciones en todos los equipos, en términos de detección y de identificación de problemas de salud mental, no solo porque es una escuela y tiene un rol formador, sino porque nuestro país tiene muy poca educación sobre esta materia”.
Algunas medidas que se pueden establecer para la prevención en el contexto escolar son:
Si deseas conocer más sobre la formación y el abordaje educacional en esta materia, en Adipa se realizará, a partir del 21 de julio, el “curso Salud mental infanto juvenil en el contexto escolar“.
Este programa de estudio, impartido por la psicóloga Viviana Venegas, se enfocará en la implementación de estrategias para afrontar el estrés, el manejo conductual y el desarrollo socio-afectivo en el contexto escolar. Además, permitirá, a aquellos que se inscriban, conocer los protocolos de prevención y promoción de la salud mental en los centros educativos.
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